Los resultados de las PASO 2021 el domingo pasado provocaron un tsunami político en la coalición política –FdT- que gobierna el país. Inmediatamente las alarmas se encendieron cuando el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner mostraron preocupantes cortocircuitos en una relación que venía deteriorada desde hacía unos meses. La pandemia y la aguda crisis económica y social que experimenta el pueblo se vio reflejada en las urnas, con un ausentismo importante y votos ganados por la ultraderecha –sobre todo en CABA-y las fuerzas de izquierda en el territorio nacional (representadas por el FIT-U), sorprendiendo este último grupo con un 24% de los votos en la provincia de Jujuy y otros muy buenos resultados en distintas jurisdicciones del país.
La presentación de renuncias por parte de varios ministros identificados con el kirchnerismo y la posterior carta que hizo pública la vicepresidenta este miércoles no hizo más que poner en el tapete un conflicto interno que se veía venir en la coalición gobernante. Finalmente Alberto Fernández, cediendo a las presiones políticas dentro de su propio frente, anunció el viernes a la noche los cambios en el gabinete. Como dato a señalar: ningún ministro entrante es mujer. Incluso la ministra de seguridad Friedrich fue echada y reemplazada en el cargo por Aníbal Fernández, antiguo conocido en el peronismo. El nuevo jefe de gabinete es Juan Manzur, actual gobernante de la provincia de Tucumán y criticado por su postura contraria al aborto, estando asociado a organizaciones Pro-vida. Además formó parte del gabinete del ex gobernador José Alperovich, denunciado por casos de abuso sexual en esa provincia. Para el gobierno, el arribo de Manzur otorga mayor “volumen político” al gabinete.
En la carta que hizo pública la vicepresidenta expresó además su fastidio con el rumbo económico tomado, llamando a un cambio necesario dado el desgaste de dos años de gestión marcados por la pandemia y el ajuste económico que las negociaciones con el FMI impulsan. No obstante, ninguno de los ministro de la cartera de economía fueron cambiados -estos son el ministro Kulfas en el Ministerio de Producción y Guzmán en el de Economía respectivamente- a pesar de que en gran medida la sociedad señala este aspecto como el más importante, dada la suba incontrolable de la inflación y el estancamiento de los salarios de unos años a esta parte. Este gesto de no querer hacer cambios en el equipo económico que compone el gabinete hace entender entonces que el gobierno continuará empecinándose en el camino que inició cuando comenzó a gobernar: “honrar” sus deudas con el FMI (a pesar de que para algunos afilados al Frente de Todos ésta fue tomada de manera fraudulenta por la gestión macrista), ajustando cada vez más el bolsillo de les trabajadores y les desocupades, y otorgando grandes exenciones al gran capital concentrado, al que dicen combatir en defensa de una justicia social que hasta el momento, observando los resultados, demora en llegar.
Comments