Nota dedicada a la memoria de Pino Solanas, y a los pueblos que luchan.
Tierra sublevada: Oro impuro
Cuando en el año 2009 el conocido director argentino Fernando “Pino” Solanas (1936-2020) publicó su trabajo documental “Tierra Sublevada: oro impuro (Parte 1)”1 no pude contener el inmenso interés y escozor que me provocaba, primero como estudiante y segundo como ciudadano, la indagación sobre problemáticas ambientales como pocos maestros del arte audiovisual habían registrado. Allí, el recordado Pino nos adentraba en “Un viaje alrededor de algunas de las explotaciones a cielo abierto con cianuro que las corporaciones han instalado en el noroeste argentino –San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán y Salta - y la reacción de las poblaciones aledañas frente a la contaminación.”2 Este documental arroja impresionantes datos y detalles acerca de la megaminería en Argentina: “En los mega-yacimientos -como Bajo la Alumbrera y Veladero- se vuelan los cerros con explosivos y se utilizan diariamente, 80 a 100 millones de litros de agua potable que son mezclados con 10 toneladas de cianuro. Al año, son 4000 toneladas de cianuro. No sólo estas cifras sorprenden, cuesta creer el saqueo impune de las riquezas: las mineras extraen y exportan sin control público, pagando regalías sobre oro, cobre y plata, se llevan gratis más de 60 metales. Dejan apenas el 1,5% porque descuentan los gastos de extracción, molienda y flete hasta puerto de destino y están exentas de la casi totalidad de los impuestos. Sólo Alumbrera exportó por más de u$s 1500 millones al año. Según la Secretaría de Minería de la Nación, el complejo aurífero Veladero, Pascua-Lama –de la Barrick-Gold, en San Juan- tiene reservas de 41 millones de onzas de oro, 1400 millones de onzas de plata, cobre y casi todos los metales. A valores de hoy, superan los u$s 85.000 millones.”3 Extrapolado al precio del dólar a fines de 2020, la cifra se multiplica por varios cientos de miles de millones al año en ganancias extraordinarias para las megamineras de bandera extranjera.
Entre tantas cifras y testimonios aportados, “Tierra sublevada…” nos sigue alimentando con más preguntas en torno al modelo de producción extractivista latente tanto en Argentina como en Latinoamérica, continuado y profundizado en la actualidad. Anteriormente, desde su faceta más documentalista y social, Pino nos venía acostumbrando a analizar críticamente el rol impulsado por las corporaciones multinacionales y los organismos de crédito internacional, que habían calado hondo con el Consenso de Washington y las privatizaciones de los noventa. En “Memorias del saqueo” y “La dignidad de los nadies”, de 2004 y 2005 respectivamente, nos acercamos a las causas y efectos del neoliberalismo más ortodoxo sobre el pueblo y el estallido de 2001. En “Argentina Latente”, de 2007, Solanas trataba de arrojar un poco de luz y de esperanza para un país que venía golpeado. Al año siguiente nos presentó “La próxima estación”, una pincelada que nos retrata la historia del ferrocarril desde sus inicios hasta las mencionadas privatizaciones. En ese marco, en 2009 es que aparece el documental analizado en esta nota, que traza un camino creciente a partir de la emblemática Reforma Minera (anexada a la Reforma Constitucional de 1994 que, entre otras cosas, delegaba el poder de los recursos naturales a las provincias), desembocando en la extraordinaria transnacionalización de ese sector. Un país como el nuestro, que no contaba con un gran historial minero, se convirtió en cuestión de años en la codiciada sexta reserva mundial de minerales metalíferos.
Secuelas y cicatrices
Al abrirse el nuevo milenio se desencadenaron disputas socio-territoriales a lo largo y a lo ancho de la Argentina. Siendo innegables los casos de contaminación del aire, el suelo y el agua provocados por las mineras a cielo abierto, a partir de las luchas de los movimientos ambientales y ecológicos, con el acompañamiento de las mujeres, los trabajadores y el pueblo, siete provincias prohibieron la minería metalífera (Chubut, Tucumán, Mendoza, La Pampa, San Luis, Tierra del Fuego y Córdoba) y por lo tanto el peligroso cianuro, químico usado frecuentemente para separar el metal de la roca que causó estragos sobre ríos y cuerpos de agua en aquellas provincias donde está permitida este tipo de actividad.4 Tal vez el caso más resonante es el de Jáchal, en San Juan, donde la mina Veladero, propiedad de la “Barrick Gold”, volcó en reiteradas ocasiones miles de litros de solución cianurada al río principal de la zona, contaminando cultivos que dependen de la agricultura de riego y el agua que bebe y usa la población allí asentada 5.
Como triunfos sociales frente a la embestida del modelo extractivista, cabe recalcar los populares casos de resistencia de los pueblos de Chilecito y Famatina, en La Rioja, que organizados en Asambleas Autoconvocadas pujaron durante días, meses y años para detener el proyecto de minería a cielo abierto de Peñas Negras, forcejeando ante las multinacionales y la complicidad impúdica del gobierno de esa provincia 6.
Otro caso icónico sucedió al sur del país, más bien en la ciudad cordillerana de Esquel, en Chubut, que se convirtió en el epicentro de luchas en el año 2003 cuando se barajó la posibilidad de un proyecto de ley para avanzar con la megaminería contaminante. Un plebiscito popular inédito a nivel nacional, producto de sendas protestas sociales en las calles, dio por tierra el proyecto, y finalmente fue aprobada la conocida Ley provincial 5001, en la cual desde el 8 de mayo de 2003 se prohibió la actividad minera metalífera en la modalidad de cielo abierto y la utilización de cianuro en los procesos de producción minera.
Pero, como es sabido, el poder minero transnacional posee un lobby extraordinario para presionar a los dirigentes políticos e imponer sus proyectos en las regiones subdesarrolladas del país y de la región. En efecto, la principal área de interés minero abarca la cordillera de los Andes de norte a sur, tanto del lado argentino como del chileno, línea geográfica donde desaparecen gradualmente las soberanías nacionales y se impone el poder político, económico y policial de estas empresas. Tal vez el ejemplo más patente de esto sea el megaproyecto minero de Pascua-Lama publicitado por la colosal Barrick Gold, caso analizado muy bien en el documental de Solanas.
Pandemia, deudas y “zonas de sacrificio”
Este año empezó con un intento del gobierno Cambiemos de Mendoza de volver a instaurar la minería en esa provincia, pero el resultado fueron miles de mendocinos saliendo a las calles para recordar que “¡No es No! El agua vale más que el oro”.7
A finales del 2020, en Chubut, el gobierno pseudo progresista que adeuda salarios a los docentes y empleados estatales desde hace meses, acomete “la gran Beder Herrera del Sur”8, anunciando recientemente la revisión de la 5001 para una posible zonificación minera en el sector correspondiente a la meseta central de la provincia, donde aparentemente se encuentra la mayor reserva de plata del mundo. Disparatadamente, una de las promesas de campaña del gobernador Arcioni había sido no tocar esta ley para proteger al territorio provincial. Pero no es que Arcioni ahora cambia de parecer solo, en realidad tuvo el visto bueno del Gobierno Nacional de cuño peronista, que en más de una declaración afirmó la importancia estratégica de la megaminería metalífera para “atraer inversiones”, recuperar divisas y pagar la deuda externa contraída fraudulenta e inconsultamente con el FMI. Lo mismo se dice de las mega granjas porcinas, Vaca Muerta y los acuerdos por el trigo transgénico.
Los gobiernos se equivocan cuando, tratando de interpelar a la sociedad, aducen que este tipo de actividades económicas crean trabajo, dejan dinero y no crean problemas medioambientales en los territorios. Todos estos aspectos han sido fácilmente refutados por las estadísticas oficiales, las investigaciones científicas y testimonios de personas de todo el mundo donde esta actividad se practica: la megaminería que se desea atraer a las provincias generan mínimos puestos de trabajo, las regalías son migajas en comparación a la rentabilidad de las empresas, que fugan la mayor parte de lo extraído fuera del país, y generan un pasivo ambiental fenomenal al esquilmar y saquear los recursos naturales en los territorios y desplazar a las poblaciones subyacentes (no solo se llevan el oro, la plata o los más de 70 metales sin declarar, sino que también se fugan los millones de litros de agua que se usa para lixiviar las roca, destrozando el suelo y contaminando el aire debido al polvo que vuela con las detonaciones, con los consecuentes efectos degradantes en la salud de la población). Como corolario quedan zonas de sacrificio donde no se evidencian progresos sociales y económicos para la población, sino que continúan sumergidos en el espiral de pobreza y desigualdad, como se da en las provincias del Noroeste del país y en diversas regiones del continente. Algo así señaló el Investigador Principal del Instituto de Historia y Geografía (Conicet), el geógrafo Guillermo Velázquez, quien tuvo que salir a desmentir datos suyos sobre Índices de Calidad de Vida (ICV), tergiversados por gente de Arcioni en el proyecto de zonificación provincial; obligado a aclarar la falsedad de la situación, Velázquez adujo que el ICV se mide por estándares educativos, sanitarios, laborales y ambientales, entre otros, y en todos los lugares del país donde se desarrolla la megaminería dichos indicadores se observan muy negativos 9.
El agua vale más que el oro
Hoy contamos con tres noticias, dos buenas para Chubut, y una mala para el mundo. Las dos buenas son que el pueblo chubutense no compra espejitos de colores y alzó su voz en las calles de Esquel, Comodoro Rivadavia y Trelew para detener el infame proyecto de zonificación de Arcioni, a tono de las corporaciones mineras que pergeñaron el proyecto. Producto de la masiva presión popular y la visibilización a nivel nacional del conflicto, es que se aplazó el tratamiento del proyecto de ley provincial para el 22 de diciembre próximo. Habrá que seguir atentamente cómo se desenvuelve este conflicto los siguientes días.
La mala noticia es que esta semana comenzó a cotizar el agua en Wall Street, al igual que el petróleo, el oro o la soja. En momentos de una pandemia mundial donde se evidencian cada vez más las consecuencias del calentamiento global producido por el capitalismo voraz y salvaje, el agua, que más que mero recurso natural se trata de un bien común y un derecho fundamental insustituible para la vida toda del planeta tierra, es mercantilizada oficialmente en la meca de la timba financiera global. Los peligros de este mecanismo siniestro serán insospechados de cara a un futuro no muy lejano donde más de 2000 millones de habitantes sufren la falta de agua y el porcentaje crece.
Mientras tanto, a orillas del río Chubut -curso de agua prístino que nace en las nieves cordilleranas, atraviesa la árida meseta patagónica y se mezcla con el Atlántico- el pueblo chubutense da pelea, y la seguirá dando, al grito unísono de que el agua vale mucho más que el oro, el petróleo o la soja. De que el bienestar ambiental es prioritario si se desea una vida y un futuro mejor, de que existen no “alternativas”, sino verdaderas formas o modelos económicos distintos al del oro impuro que nos lega el actual modelo extractivista del fracking, el agronegocio y la megaminería, como bien nos narraba Pino en sus esclarecedores documentales. Aquellas formas que se nos exige repensar tienen que ver con prácticas más sanas, amigables y duraderas en la relación entre la sociedad y la naturaleza. Es cierto que al capital concentrado esto no le interesa. Pero ello no evita que ésta corriente venidera, más actual que nunca, tendrá que crecer y ser desde abajo, desde la raíz popular, y sostengo que el pueblo de Chubut, como el de Mendoza, Famatina y Chilecito que lo hicieron en su momento y lo siguen expresando, están alumbrándonos con sus ejemplos las luchas a continuar.
Notas
Para mirar este documental: https://www.youtube.com/watch?v=STg7Q2oXVw8
Cita extraída de https://www.naranjasdehiroshima.com/2012/01/tierra-sublevada.htm
Ibídem.
Para saber mejor cómo funciona la megaminería a cielo abierto sugiero este trabajo de Gaspar Tolón Estarelles. Acá el link https://library.fes.de/pdf-files/bueros/argentinien/08611.pdf
Para más información sobre el caso de contaminación del río Jáchal propongo el siguiente artículo: https://www.lavaca.org/notas/jachal-y-sus-rios-contaminados-con-cianuro-el-informe-oficial-completo/
Para más información sobre la lucha de los asambleístas en Famatina https://www.conclusion.com.ar/info-general/famatina-un-pueblo-de-lucha-sacrificio-y-dignidad/05/2018/
https://lexlatin.com/reportajes/provincia-mendoza-argentina-restringe-actividad-minera
Recordemos que el ex gobernador de La Rioja, Beder Herrera, ganó sus elecciones prometiéndole a sus votantes el fin de la megaminería. A semanas de asumir, se desdice y traiciona al pueblo que lo eligió.
Para más información sobre el caso: https://notasperiodismopopular.com.ar/2020/11/29/chubut-falsificaron-un-informe-del-conicet-para-avalar-la-megamineria/
Tandil, 10 de diciembre de 2020
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