El tío Joe

Luego de un convulsionado y truculento recuento de votos, donde la decadencia del imperio yanqui nuevamente quedó al desnudo, Joe Biden asumirá como el 46° presidente de los Estados Unidos. A los 78 años, el veterano “tío Joe” se convertirá en el mandatario con mayor edad en asumir el cargo y el que más votos obtuvo en toda la historia de Estados Unidos.

Con casi medio siglo en la vida política del imperio del norte, “el tío Joe” tiene una vasta experiencia en Washington y es un experto en política exterior. Fue electo senador en siete oportunidades (1973-2009); vicepresidente en dos oportunidades (acompañando a Barack Obama, 2009-2017) y fue precandidato en tres oportunidades a la presidencia (1988, 2008 y 2020). Como dice el refrán, la tercera es la vencida.

Como senador, “el tío Joe” construyó a lo largo de su vasta carrera la imagen de un “político cercano, conciliador y con habilidad para llegar a acuerdos con sus oponentes” (BBC News, 07/11/20).

Será el segundo presidente católico, el primero fue John F. Kennedy, y mantiene buenas relaciones con el Vaticano. Tal como lo describe el diario de los Mitre: “Católico practicante, Biden se reunió con tres pontífices en diversas ocasiones: con Juan Pablo II al menos cuatros veces, una con Benedicto XVI, papa emérito, cuando tuvo una muy larga conversación y dos veces con Francisco. Lo saludó al término de la misa solemne de inauguración de su pontificado, el 19 de marzo de 2013, en el Vaticano y durante la visita del ex arzobispo de Buenos Aires a Estados Unidos, en septiembre de 2015” (La Nación, 02/11/20).

Su catolicismo practicante se explica, en parte, porque “el tío Joe” es descendiente de irlandeses y, por otra parte, además tiene una vida signada por fuertes y duras tragedias familiares que reforzaron su fe. Cuando estaba a punto de asumir como senador, su esposa Neilia Hunter y su pequeña hija Naomi fallecieron en un accidente de tránsito en 1972. En el 2013 a su hijo mayor, Joseph R. Biden, le diagnosticaron un tumor cerebral y falleció en 2015. Joseph había sido elegido Fiscal General del Estado de Delaware en 2006 y parecía seguir los pasos de su padre.

“El tío Joe” es considerado como un admirador del Papa Francisco. En reiteradas oportunidades ha elogiado la carta encíclica ‘Laudato Si’ (24/05/15) sobre el cuidado de la casa común y también habló en plena campaña electoral de la reciente carta encíclica ‘Fratelli Tutti’ (03/10/20) sobre la fraternidad y amistad social.

En 1982 “el tío Joe”, siendo senador por el partido Demócrata y representante del estado de Delaware, fue un fervoroso impulsor de que su país apoyara al Reino Unido violando lo que establecía el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) en perjuicio de la República Argentina.

En aquel momento, “el tío Joe” nos calificó como país agresor, sin tener en cuenta que la República Argentina es un país dependiente y que tiene una parte de su territorio ocupado por una potencia extranjera: el Reino Unido.

En 1994 presentó un proyecto de ley sobre justicia penal. Dicho proyecto fue aprobado durante el primer gobierno de Bill Clinton. La reforma sobre justicia penal propiciada por “el tío Joe” derivó en encarcelaciones masivas, con un especial impacto en la población pobre, negra y latina.

En varias oportunidades fue acusado por violencia sexista. Al menos ocho mujeres lo denunciaron por tocamientos inapropiados y en el caso de Tara Reade, una colaboradora de su equipo que trabajo con “el tío Joe” entre 1992 y 1993, lo acusó de acoso sexual.

Sin dudas, “el tío Joe” contará con las simpatías de la Internacional Progresista e incluso del Grupo Puebla. Es que muchos lo consideran el personaje de la hora, el mandatario que puede salvar a los Estados Unidos de la lenta e inexorable marcha hacia la decadencia como potencia imperialista frente a la temible amenaza que representan tanto China como Rusia en un mundo cada vez más globalizado.

Y “el tío Joe” se jacta de tener experiencia para eso: estuvo al frente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y presume de que ha "conocido a todos los líderes importantes del mundo en los últimos 45 años" (BBC News, 07/11/20).

Pero “el tío Joe” no la tiene fácil, tal como lo advierte Eduardo Lucita, integrante del colectivo Economistas de Izquierda: “La nueva administración que encabezará Joe Biden en EEUU deberá recomponer las relaciones -tanto internas como externas- que la administración Trump comenzó a reconfigurar y que han quedado a mitad de camino debilitando al imperio frente al mundo. En política exterior no solo debe responder al avance de China y reconstruir las relaciones con Europa, también debe enfrentar la delicada situación en Medio Oriente y en Irán, la política expansionista de Turquía y la mayor influencia de Rusia” (Resumen Latinoamericano, 04/12/20).

Los cambios que se vienen produciendo en la situación política de América Latina en general, ponen de manifiesto el agotamiento de los modelos neoliberales que habían logrado imponerse en los últimos años y muestran que se abrió un nuevo y fuerte torrente de luchas populares en la región. Al gran triunfo del pueblo boliviano que logró imponer las elecciones y triunfar contra la dictadura, se suman las enormes luchas de los pueblos en Chile, Perú, Colombia, Ecuador y Guatemala. Eso, sumado a la derrota electoral de Bolsonaro en las elecciones municipales en Brasil son muy buenas noticias para la clase trabajadora y el conjunto de los sectores populares en América Latina.

No así para “el tío Joe” que deberá recurrir a toda su capacidad y sapiencia para tratar de corregir el rumbo de un barco gigantesco llamado Estados Unidos, que se dirige de lleno y a toda máquina contra el gigantesco iceberg de la decadencia imperialista. Seguramente tratará de realizar dicho prodigio con todos los recursos que el imperialismo yanqui tiene a mano y que no son pocos.

Total, en última instancia “el tío Joe” es un hombre de fe. Y un milagro no se le niega a nadie, mucho menos al carismático anciano que estará al frente de las fuerzas armadas más poderosas del planeta.