La obra pictórica de Tarsila do Amaral cuyo título original es OPERARIOS, es un óleo de 150x205 cm del año 1933 aproximadamente. En ella se plasma la industrialización que estaba viviendo Brasil que convocaba a trabajadores de todo el mundo y que traía como consecuencia la marginalización y la explotación de la nueva clase social así también como el crecimiento de grandes ciudades como Sao Paulo y Río de Janeiro. Mostrando de este modo un retrato colectivo de todas las razas, sexos y edades cuyos rostros son de tristeza, indiferencia y cansancio y una descripción que ejemplifica la masificación y las condiciones de vida en las ciudades.
Amaral viajó a la Unión Soviética en los años 30 y vivió la realidad del marxismo llevado a la práctica. A su vuelta a Brasil participó activamente con el Partido Comunista Brasileiro y sus cuadros se empaparon de temática política y social. En las grandes metrópolis se multiplicaron los obreros urbanos que trabajaban en la mayoría de los casos en pésimas condiciones y la explotación laboral, el control gubernamental de los sindicatos y la falta de perspectiva de la clase proletaria hizo que aumentaran las huelgas y por lo tanto la represión de un gobierno autoritario a grupos de izquierda. Tarsila do Amaral durante aquellos momentos fue también detenida y pasó un mes en la cárcel.
Tarsila se convirtió en una figura clave del Modernismo brasileño, siendo además fundadora del movimiento antropófago, corriente artística enmarcada en el modernismo que pretendía subvertir las dinámicas históricas enriqueciendo la cultura brasileña a través de la asimilación del lenguaje de las vanguardias europeas aunándolo con la tradición indígena.
La obra seleccionada es fruto de su madurez artística e ideológica. OBREROS es considerada como la primera obra de pintura social de Brasil, donde la artista se decide por un arte mucho más próximo al realismo social de influencia marxista y en donde los colores vivos presentes en el modernismo brasileño dan paso a una escala de grises y monocromías que retratan una escena colectiva que nos narra la vida de los nuevos proletarios bajo el gobierno de Getulio Vargas.
La obra presenta a cincuenta y un trabajadores casi dolientes y desesperados ordenados en diagonal formando una pirámide. Son una muestra de la sociedad brasileña, un registro donde hombres y mujeres, negros, blancos y mestizos se encuentran visibilizando el proceso de industrialización paulista acometido por Brasil, al que también se alude en la representación mediante las fábricas humeantes visibles al fondo de la composición. Las figuras se encuentran superpuestas, remitiendo a la masificación de las ciudades y a las condiciones precarias en la que los trabajadores se veían sometidos en las grandes urbes.
OBREROS responde a la necesidad de Tarsila de no solo reclamar el espíritu brasileño mediante la iconografía y el lenguaje artístico indígena, sino también la de reivindicar al pueblo como clase , dando voz a las carencias que poseían gran parte de la población.
Esta obra pictórica es sencilla en su representación pero se halla cargada de simbolismo político y social. Su importancia radica en que en su escaso número de imágenes la artista logra transmitir la atmósfera de opresión y de enajenamiento de la clase obrera y nos da así una visualización del mundo laboral. Su actualidad es siempre vigente. Tarsila do Amaral forma de este modo la pléyade de pintores preocupados por el destino social de los pueblos bajo el yugo del trabajo alienante de las fábricas.
Tandil, 7 de diciembre de 2020.
Comments