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El Río Paraná, en el ojo de la tormenta

Actualizado: 29 jul 2021

La disputa por el manejo de una de las cuencas hidrográficas más grandes del mundo y el desastre ambiental que experimenta pone al río Paraná en el centro de la discusión.

Entrevistamos a Álvaro Álvarez al respecto.


Desde hace unas semanas el litoral encendió las alarmas ante el extraordinario retiro de las aguas del río Paraná, desde su cuenca alta en Brasil, hasta los sectores inferiores en el lado argentino. Hemos sido testigos de imágenes inéditas del curso fluvial semiseco, donde con facilidad una persona puede cruzar caminando de costa a costa, atravesando bancos de arena que funcionan como puentes terrestres. Frente a este escenario, que se viene reproduciendo desde hace unos años e implosiona actualmente, preocupan las consecuencias socioeconómicas de un desastre ambiental que tal vez pudo haberse prevenido y que, según pronósticos meteorológicos, amenaza con prolongarse y agudizarse mucho más.


Paralelamente, a fines de 2020 la cuestión de la llamada hidrovía del Paraná despertaba nuevos -y viejos- resquemores en la disputa política y geopolítica. ¿Es necesario una política o un manejo nacional del rio más importante del país? ¿Qué peso posee el Estado frente al poderío de las grandes multinacionales dueñas de la mayoría de los puertos y de las vías fluviales? ¿El tratamiento del río prioriza la agenda ambiental? Estos interrogantes y muchos más son respondidos durante la entrevista. Los invitamos a leerla y compartirla.


RDLT- Primero, nos gustaría que realices una presentación breve de tu perfil profesional.

AA- Mi nombre es Álvaro Álvarez, tengo 39 años, soy doctor en Geografía por la Universidad Nacional de La Plata, Máster en Ciencias Sociales y Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNCPBA).

Soy, en este momento becario posdoctoral, miembro del Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales (IGEHCS) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la UNCPBA.

Investigo temas vinculados a la integración en infraestructura en América Latina, el impacto de las mega-obras sobre la producción del territorio, los modelos extractivistas y las resistencias sociales.

Como docente trabajo en la Facultad de Ciencias Humanas de la UNCPBA y en el Instituto de Formación Docente y Técnica N.º 10 de la ciudad de Tandil.

Soy además educador popular y parte del Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía.


Luchas y conflictos en torno al río


-¿De qué hablamos cuando hablamos de “hidrovía”? ¿Por qué se considera que está mal aplicado este término?

-Cuando hablamos de hidrovía nos referimos a un sistema de circulación fluvial. Pero esa hidrovía es parte de un ecosistema más amplio, que es la cuenca del Plata.

La Cuenca del Plata está conformada por los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay y constituye uno de los sistemas fluviales más importantes del mundo. Comprende aproximadamente el 20% del territorio de Sudamérica y está compuesto por ecosistemas megos diversos y frágiles como el gran Pantanal.

Por eso, sesgar la discusión sobre la soberanía sólo al control de la ruta fluvial es un error, porque es un problema multidimensional.

La hidrovía cumplió en los últimos 25 años efectivamente un carácter hidroviario, es decir, de vía de circulación para las producciones hiperprimarizadas de la región. El problema es cómo material y simbólicamente se fue instalando la idea de que los ríos navegables deben ser “autopistas fluviales” invisibilizando una enorme cantidad de usos que se ven afectados por ese imaginario y, sobre todo, por las formas hegemónicas de apropiación del espacio geográfico, dominadas en esta región por el modelo del agronegocio.


-¿Qué actores sociales y económicos pujan en este momento por su control?

-En la Cuenca del Plata los usos del territorio están profundamente condicionados por la expansión de un modelo, cómo el del agronegocio, que está fuertemente transnacionalizado.

Las grandes corporaciones se vieron beneficiadas en la última década y media por este proceso de privatización y desregulación de las vías navegables. La gestión de Hidrovía S.A consorcio integrado por la nacional EMEPA y la dragadora belga Jan de Nul cumplió con sus expectativas de transporte y logística. Aunque el peaje es uno de los más caros del mundo, la dragadora logró llevar el calado de 26 a 34 pies, lo que obliga a un dragado anual permanente en promedio de 30 millones de metros cúbicos de sedimentos.

Pese a los múltiples impactos de este proceso, directos e indirectos, las empresas bregan por que la situación estructuralmente no se modifique y aducen que el Estado no tiene capacidad operativa y sumaría burocracia al proceso de circulación.

China es otro actor que demostró interés en la hidrovía. La dragadora Shanghai Dredging Company podría hacerse cargo de parte de la gestión y operación del tramo argentino en una futura licitación. Sabemos del vínculo estrecho entre la Argentina y China en términos comerciales y de los acuerdos vigentes y en gestación sobre todo en relación a la pretensión china de abastecerse en la región de los recursos que necesita para su expansión industrial.

China ya tiene en el tramo argentino de la hidrovía un operador fuerte con la empresa estatal COFCO que opera en el Puerto San Martín y hoy es la principal exportadora de granos de la Argentina.

Otro actor de importancia son los grupos, dentro y fuera del gobierno, que abogan por la nacionalización de la administración y el control operativo de la hidrovía. Estos grupos, que argumentan la necesidad de dejar atrás las políticas privatizadoras de los años 90, traccionaron la creación de la Administradora Federal Hidrovía Sociedad del Estado. Una nueva empresa estatal con la participación del 51% por parte del Estado Nacional y un 49% divido en 7 provincias (Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Misiones y Santa Fe) y del Consejo Federal de la Hidrovía un foro integrado por cada una de las Cámaras, sectores exportadores, sectores productores primarios, asociaciones diversas de productos alimentarios, las cámaras vinculadas a los sectores navieros, los trabajadores y las universidades.

Estos sectores, claramente más nacionalistas, esperan que luego de este año de gestión estatal el Estado se haga cargo definitivamente del control de la hidrovía, generando los mecanismos necesarios para impulsar la creación de una empresa estatal con capacidad para realizar las obras necesarias para el funcionamiento de la vía navegable.


Hidrovía dentro de la Cuenca del Plata

-Ya sabemos que el Estado nacional se hará cargo por un año de las tareas de mantenimiento del río Paraná. Después de eso, ¿Cómo crees que va a continuar?

-El Estado se hará cargo durante un año del control administrativo de la hidrovía licitando aquellas tareas necesarias para su funcionamiento. En ese tiempo se decidirá, con más información y estudios sobre la operación hidroviaria, el camino a seguir.

Yo creo que la estructura transnacionalizada del modelo económico y la necesidad del Estado de obtener divisas para atender a la crónica restricción externa es un condicionante en la toma de decisiones. Tengamos en cuenta que en la campaña récord del 2018/19 el ranking de empresas agroexportadoras por volumen vendido para los principales complejos agroindustriales en Argentina lo encabeza la empresa china COFCO, con 15% de las operaciones. Le siguieron Cargill con 12%, ADM con 11,2%, Bunge 9% (las tres norteamericanas) y AGD, 8,7%. Es decir, las 5 principales exportadoras concentran el 60% de las exportaciones y son quienes operan en los principales puertos de la hidrovía.

El poder económico y político de estas empresas es muy grande y se deberá atender con una propuesta que integre sus aspiraciones. El camino a seguir evidentemente no está definido.


-¿Qué beneficios o perjuicios puede generar una futura estatización? ¿Y su re-privatización?

En Argentina se instaló, desde las privatizaciones de los 90, la idea de que el Estado es ineficiente, ese pensamiento fue el paraguas simbólico que sirvió de fundamento para el proceso de desregulación, liberalización y desmantelamiento de las empresas públicas.

En la argentina hay 70 puertos fluviales y marítimos, la mayoría son privados. En zona del Gran Rosario, comprendida por las terminales portuarias localizadas sobre 70 Km de costa del Río Paraná, se encuentran localizadas 31 terminales portuarias, en donde 21 terminales despachan granos, aceites y subproductos a todo el mundo, la mayoría están en manos extranjeras.

Se desmanteló la flota naval, se desmanteló la Administradora General de Puertos, se entregaron las tareas operativas a una empresa belga. Ese modelo es el que está agotado.

No se pude volver a una privatización con el paradigma de los 90. Hoy se necesita un Estado más presente con un mayor control social que ponga freno, a la sangría de recursos y a la expansión de un modelo súper concentrado, pero también y sobre todo a la destrucción ambiental.


-¿Cómo está relacionado el tema del control y administración del Paraná con la Soberanía Nacional? ¿Observas que esta discusión forma parte de la agenda política en el año electoral?

Por la hidrovía sale el 80% de lo que la Argentina exporta. Un informe de Proyecto Económico y el IADE estima que entre 2011 y 2020 el Estado perdió de recaudar 10 mil millones de dólares, calcula que alrededor del 20% de las ventas argentinas de semillas y frutos oleaginosos no se declaran, esto es consecuencia de la falta de controles en la hidrovía. Claramente es un tema de soberanía nacional.

La discusión no forma parte del debate político de cara a las elecciones porque la agenda la marcan los grandes medios que no tienen la mirada atenta en la soberanía nacional. Interesan otros temas de coyuntura que hacen más ruido.


Causas y efectos de la bajante del Paraná


Postal del río en su pico mínimo desde el año 1944.

-En 2020 se registró en el río Paraná la mayor bajante en 25 años, para este año se prevé romper el récord registrado desde 1944. ¿Cuáles crees que serían las implicancias sociales, económicas y ambientales de este evento? ¿Con qué causas asocias a esta problemática?

-Volvemos al inicio de la entrevista, el río Paraná, la denominada hidrovía, es parte de un ecosistema más amplio y frágil como es la Cuenca del Plata. Lo que está pasando con el río es consecuencia de décadas de destrato hacia los ciclos naturales. Lo que acontece hoy no es una bajante, es la ruptura del ciclo hidrológico como consecuencia del avance desmedido, desenfrenado y promovido de la “frontera del agronegocio” que exterminó el bosque nativo, en Argentina, en Paraguay y en el Mato Grosso interrumpiendo el ciclo natural del agua. Sin bosques no hay lluvias.

700 millones de hectáreas fueron taladas en las últimas décadas en región para posibilitar el avance del agronegocio, la situación se agrava aún más con los masivos incendios intencionales generados durante el 2020 sobre los humedales de la Cuenca del Plata. Proceso que tuvo su correlato en Paraguay, Bolivia y Brasil.

¿Cuál es la respuesta al problema? Sobredragado del río, porque lo que importa es sacar las cargas granarias a bajo costo, no ponerle fin a una destrucción que a esta altura es estructural.


-¿Que opinión te merece las políticas ambientales del actual gobierno en cuanto al tratamiento de dicha problemática?

-En la Argentina hace muchas décadas que no hay políticas ambientales, lo que hay son programas que intentan atender, mitigar, los desastres que genera un modelo productivista que vulnera los ritmos de la naturaleza y genera destrucción a gran escala.


-¿Cómo definirías el modelo económico y desarrollo que se viene implementando en las últimas décadas en Argentina y cómo lo relacionarías con el medio ambiente? ¿Qué cambios y continuidades presenta el actual gobierno en relación a ello?

-En Argentina no hay un modelo de desarrollo, no lo hay en ningún país con un modelo de capitalismo dependiente. Hay un modelo de inserción de la economía nacional en la economía internacional, que denominamos extractivista. Si el modelo fuese de desarrollo, no llegaríamos a la situación límite en términos ambientales que estamos afrontando en la Cuenca del Plata con una degradación constante de la calidad de vida de las comunidades locales. Si el modelo fuese de desarrollo no se estaría promoviendo el trigo HB4 que es veneno en la mesa de las familias argentinas, si fuese de desarrollo no se estaría pensando en el modelo de las granjas porcinas, expulsadas de China por ser tremendamente contaminantes y posibles origen de zoonosis. Si fuese de desarrollo no se insistiría con la megaminería, en Chubut por ejemplo, dónde el pueblo dijo NO en dos consultas populares distintas. Entonces la discusión es qué es el desarrollo para los paradigmas hegemónicos.

Yo creo que hay una ruptura muy importante entre este gobierno y el anterior y es que este tiene una vocación más distributiva y de crecimiento del mercado interno. Eso permite debatir desde otros pisos, por ejemplo en relación a cuestiones tan importantes como la ampliación de derechos y las políticas sociales. El gobierno anterior era el gobierno de las corporaciones, integrado por CEOS y empresarios, que generó un Estado servil a las demandas de las transnacionales y especuladores financieros. El crecimiento exponencial de una deuda que se fugó es el ejemplo más claro, en una lista interminable de políticas contra el pueblo trabajador.


-¿Cómo definirías el papel que juegan los grandes medios de comunicación respecto a estos dos temas (la “Hidrovía” y la bajante histórica del río Paraná)?

-La comunicación también es un territorio de disputa, eso no es ninguna novedad. Los grandes medios son grandes empresas, que responden a intereses, muchas veces relacionados con los intereses de las corporaciones del agronegocio. Es muy notorio como los grandes medios construyen imaginarios, instalar la idea de que la situación del Paraná responde a los ciclos naturales, que es una bajante histórica pero una bajante más, es un ejemplo de esto.


-¿Cuál debería ser el papel de la sociedad en general? ¿Conoces organizaciones no gubernamentales que estén involucrados en estas problemáticas?

-Hay cientos de movimientos, colectivos y colectivas ambientalistas, comunidades campesinas, autoconvocadxs, etc. que se están movilizando por la situación del Paraná en particular y por la crisis ambiental en general.

Las comunidades vienen denunciado esta crisis ambiental desde hace años. El caso de la defensa de los humedales y el pedido de una ley de humedales es emblemático en este sentido.

Se han realizado actividades con un gran impacto sobre el espacio público como el corte del Puente Rosario – Victoria, el año pasado. O jornadas culturales replicadas en varias ciudades del país. Hubo movilizaciones en Rosario ante la primera reunión del Consejo Federal y actividades de apoyo al control estatal de la hidrovía.

La tarea de los movimientos siempre es central, en la denuncia y en la construcción de alternativas.


-Actualmente, ¿en qué temas te especializas? ¿Qué cuestiones te gustaría aportar a la revista?

-El trabajo que realizamos en nuestra línea de investigación, desde el Centro de Investigaciones Geográficas (FCH-UNICEN) y el Instituto de Geografía Historia y Ciencias Sociales (CONICET - UNICEN) está vinculado con los debates y discusiones sobre el desarrollo y el estudio de los conflictos en diferentes escalas. En mi caso en particular además de estudiar las diferentes dimensiones de las problemáticas sobre la Hidrovía Paraguay- Paraná me encuentro investigando la infraestructura extractivista, particularmente los nodos logísticos y los grandes corredores bioceánicos en Argentina intentando poner de relieve los conflictos desencadenados por el uso del espacio geográfico y cómo las formas hegemónicas impiden el desarrollo de las formas tradicionales de vivir y habitar los territorios.



¡Muchas gracias Álvaro Álvarez por esta entrevista y el compromiso volcado en la misma!



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